¿Y si florecemos juntos?

Nos llenamos de frustración si buscamos la felicidad en el otro, si vivimos esperando que nos completen. Crecemos creyendo que el amor se encuentra cuando en realidad el amor se construye, por ello con frecuencia estamos rodeados de personas decepcionadas llenas de historias de reproches y de expectativas no cumplidas.

¿Por qué no detectar nuestras carencias antes de iniciar una relación de pareja? ¿Por qué no nos preocupamos por superar alguna circunstancia vivida y simplemente la dejamos pasar? ¿Por qué no trabajar en nuestras áreas de mejora y empezamos por estar bien con nosotros mismos? Resulta fácil esperar a que otro resuelva nuestros problemas, llene los vacíos y nos ofrezca un panorama de bienestar.

La idealización es un gran aliado del fracaso de las relaciones sentimentales.

Un amor realista nos permite aceptar al otro, quien se ama y acepta puede amar y aceptar también a los demás.