Volverte simple es vivir mejor, con menos cosas pero feliz

En tiempos de crisis entendemos que lo que realmente somos es perfecto, que cada vez necesitamos menos.

Desde pequeños la sociedad nos ha condicionado a vivir ligados al consumismo, comprando lo que no era esencial, comiendo lo que no era saludable y gastando dinero en lo innecesario. El ritmo acelerado del día a día nos mantuvo como autómatas trabajando o siendo productivos por razones que van más allá de lo que realmente merecemos.

Nos han enseñado a necesitar zapatos para vernos más grandes, fajas para ocultar nuestras formas, productos que aceleran el metabolismo (no por un tema de salud sino para vernos “mejor”) y una serie de productos para esconder nuestras características físicas, provocando incluso serios complejos en nuestra forma de percibirnos a nosotros mismos. ¿En qué momento sentirse uno mismo bien con su cuerpo o su apariencia física es conformismo o es un delito?

¿Adquirir cosas nuevas nos hace personas más felices? No es así, siempre estará fuera de nuestro alcance algo “mejor” que todavía no tenemos, entre más cosas compremos más necesidades tendremos. La emoción frente a la novedad es efímera, además, con el paso del tiempo solemos sentir que lo que hemos adquirido no es realmente valioso y nos damos cuenta que hemos malgastado nuestro dinero sintiéndonos finalmente decepcionados.

La buena noticia es que cambiar esta situación está en nuestras manos, sí, podemos volver a lo simple. Probablemente en esta etapa de confinamiento hemos utilizado nuestra capacidad de adaptación al máximo, por ejemplo, hemos aprendido a vivir sin renovar zapatos o jeans porque los que ya tenemos están sin usarse conservando su calidad o porque no tenemos la oportunidad de estrenarlos en una cita o fiesta.

Valora todo lo que ya tienes. En ocasiones, las redes sociales nos abruman, es fácil dejarnos llevar por las apariencias, en vez de compararnos con imágenes poco realistas, comencemos a aceptarnos tal y como somos. Reconozcamos lo increíble que nos ofrece la naturaleza y la conexión con nuestros seres queridos, son relaciones que deben construirse y mantenerse saludables.

Volverte simple es vivir mejor, con menos cosas pero feliz.