Todas las emociones merecen ser vividas.
- Sophya Medina
- 1 oct 2018
- 1 Min. de lectura
“No estés triste” Todos alguna vez hemos escuchado esa expresión, ¿Pero es fácil pasar de un estado de animo a otro? ¿Es realmente negativo sentir emociones como la tristeza o enojo?
Para cada situación hay una reacción coherente. Así como estamos predispuestos a experimentar júbilo y alegría también lo estamos para sentir tristeza y enojo, por ejemplo al tener una decepción, al perder un empleo o un ser querido. Pero si la tristeza está acompañada por otros síntomas, como el aislamiento exagerado, hastío, desesperanza y pensamientos negativos que interfieren en la salud mental debe considerarse buscar orientación y soporte emocional.
El paso fundamental para expresar la tristeza es hablar de aquello que nos entristece, narrar el acontecimiento que nos produjo ese bajón de energía. Y si estamos del otro lado de la moneda, es decir, estamos acompañando a alguien que se siente triste, lo ideal es aceptar y validar dicha emoción sin juzgar o minimizar la situación. Con frecuencia podemos frustrarnos y preocuparnos al ver al otro pasando por un mal momento pero es ahí donde entra a tallar nuestra empatía, si ofrecemos un ambiente cálido en donde la otra persona pueda desahogar con suma confianza habremos sido de gran ayuda sin necesidad de bombardear con consejos.
Las emociones consideradas socialmente como negativas son parte importante de nuestra vida cotidiana. "Quien no está dispuesto a sentir y aceptar el dolor poco a poco va perdiendo la capacidad para experimentar felicidad y alegría" (Luciano Soriano & Salas, 2006).
Todas las emociones merecen ser vividas.
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