Nuevas Masculinidades
- Sophya Medina
- 18 jun 2018
- 2 Min. de lectura
“Si lloras al caerte no eres un macho, si no te defiendes a golpes no eres un macho, si no tienes iniciativa frente a una mujer no eres un macho, si no logras que te corresponda la mujer que quieres entonces no eres un macho”.
Durante siglos el papel del hombre se ha constituido en ser protector, fuerte, aguerrido, autoritario y violento, todo lo opuesto a las características de una mujer que también son impuestas por la sociedad. Los estereotipos nos han ido colocando en una perfecta desigualdad y no sólo en cuanto a todo tipo de oportunidades sino también dentro del ámbito sentimental.
Detrás de la violencia se esconde la ignorancia, el no saber controlar la ira, el dejarse llevar por suposiciones, el no saber comunicarse, el asumir un papel que se cree que es normal, etc.
¿Cómo derribar la masculinidad machista?
“Si te caes y lloras es normal, te duele y lo sientes, pasará”. Si mejoramos los mensajes que damos a los niños pequeños estaremos dando un gran paso, enseñar que tanto varones como mujeres merecen el mismo respeto y consideración, enseñar que también pueden jugar como lo hacen las niñas, que pueden estar en un mismo ambiente sin aislarse o atacarse unos a otros y que tienen derecho a expresar sus sentimientos sin ser ridiculizados por sus padres o cuidadores. Siendo realistas no es el único paso que hay que atrevernos a dar, pues también hay adultos que debemos reparar, personas que deben de aprender que ser hombres no significa ser superiores en todo aspecto, que el acoso no es cortejo, que el amor no es control, que los celos no son demostración de afecto, etc.
Insertar nuevas masculinidades es un gran desafío para nuestra sociedad porque significa romper cadenas que arrastramos de generación en generación.
Visto desde este punto es momento de tomar consciencia, se tendrán resultados más fructíferos trabajando con varones estructurando (desde la infancia) o reestructurando las ideas que los conducen a tener conductas machistas.
La violencia no solo se debe condenar sino también prevenir y el momento ha llegado.
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