En primera persona
- Sophya Medina
- 5 abr 2020
- 1 Min. de lectura
Perdoname por considerarte carente, perdoname por no elevar los estándares, por presionarte a aceptar algo que sabemos que no soportas, perdoname por dejar que te consuma la duda y por no dotarte de seguridad cada día que despiertas con dolor, perdoname por reprocharte (todavía), perdoname por quitarte poder y dárselo a otro, perdoname por ese momento en el que necesitas intimidad pero te abrumo saliendo al mundo y contamino tu espacio, perdoname por darle paso al insomio, por no nutrirte debidamente, por lastimarte cargando un peso que no es tuyo, perdoname las ojeras, la flojera, el desdén, por olvidar que eres de carne y hueso, por no escuchar tus emociones, por no notar tu agotamiento. Por todas las veces que escribí para otro lo elogios que debieron ser para ti. Perdoname porque a veces olvido que tu estabas primero, que siempre estuviste y estarás. Perdoname por no darte aquello que buscas en alguien más. Hoy te veo y reconozco que fallé, pero me alienta la esperanza de volver a empezar, reiniciar nuestra historia sin errores o si al menos vuelvo a equivocarme notarlo enseguida y no dejar que caigas (tan profundo jamás, otra vez).
Yorumlar