Elige tus pensamientos

Hace más daño lo que imaginas que lo que realmente pasa. Así es, nuestra maravillosa mente es la que nos puede elevar en armonía y en ocasiones también hacernos sentir en plena fatalidad.

¿Has detectado que la mayor parte del tiempo estas triste o ansioso y que previos a estos estados de ánimo están tus propios pensamientos negativos? No nos perturban los hechos en sí, si no la manera en la que los interpretamos. Por ejemplo cuando un amigo cercano o nuestra pareja cancela una cita con nosotros porque surgió algún imprevisto y pensamos: “No valora el tiempo que tenemos para estar juntos” o “Seguramente se aburrió de mi compañía”. Estos pensamientos automáticos nos conducen a sentir enojo, tristeza y decepción. Lo ideal sería pensar de manera objetiva, ¿Por qué no considerar que esa persona debe atender una prioridad que quizás sea laboral o familiar?, ¿Por qué interpretar de manera negativa ese suceso?, ¿Por qué no valorar que esa persona tuvo la consideración de avisarnos que no podía llegar a la cita acordada?.

Las personas que suelen interpretar de manera negativa las acciones de otros tienden a tener inseguridad o baja autoestima, pues creen que el problema son ellos o que algo de ellos produce molestia en los demás.

¡Manos a la obra!

Para cambiar estos pensamientos automáticos debemos aprender a detectarlos, toma nota de todos los acontecimientos que te producen malestar (pueden ser circunstancias cotidianas o acciones de los demás), al costado de estos acontecimientos anota lo que piensas y la emoción que desencadena en ti. Para dicho registro es importante la honestidad. Luego de analizar cada pensamiento automático procede a anotar ideas realistas que te hagan sentir mejor. Por ejemplo:

Acontecimiento: Mi mejor amigo cancela nuestra cita.

Pensamiento automático: “Seguramente se aburrió de mi compañía”

Pensamiento realista: “No hay motivos reales para asegurarme que se haya aburrido de mi, nos comunicaremos luego y coordinaremos una nueva cita cuando nos sea posible”

Puedes realizar este registro de pensamientos irracionales que necesites sustituir de manera continua y darte cuenta del bienestar que experimentas con pensamientos más realistas.

El bienestar emocional y la elección de tus pensamientos dependen solamente de ti y de la fuerza de voluntad que tengas para mejorar tu salud mental.