El poder de una decisión
- Sophya Medina
- 30 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 1 jul 2019
Tomamos decisiones todo el tiempo. Por ejemplo, escoger la ropa que vamos a vestir, el medio de transporte que usaremos para llegar al trabajo o a una reunión, la comida que vamos a almorzar, etc.
El ser humano está tomando decisiones todo el tiempo pero somos muy poco conscientes de ello y mucho menos del poder que ejercemos al decidir.
En ocasiones conozco personas incrédulas que temen a sus problemas existentes o imaginarios a las que les cuesta trabajo reconocer que según la actitud que tomen podrán afrontar todo tipo de inconvenientes. Si, nosotros elegimos que actitud tomar, que pensamiento tener, que acciones llevar a cabo y hasta lo que vamos a sentir.
Tu decides amar y ser amado, tu decides tener una vida próspera o una vida austera, tu decides de quien rodearte y de quien alejarte, tu decides lamentarte o levantarte.
Tal y como decía una frase de un conocido libro convertido también en una película: "Tienes que aprender a elegir tus pensamientos tal como escoges la ropa cada día". Ahí también radica el asombroso poder de la decisión.
¿Qué sucede con las personas indecisas?
Solemos estar rodeados de personas a las que les cuesta decidir o quizás somos nosotros los indecisos. Detrás de una persona indecisa podemos encontrar inseguridad, desconfianza en si mismo y temor a equivocarse. Quizá pueda deberse a que están acostumbrados a que otros decidan por ellos (padres, pareja, hermanos, etc.)
La buena noticia es que una persona indecisa puede cambiar. Hay que identificar cual es la causa o el origen del problema actual y según ello modificar el pensamiento que produce que la persona tenga temor al tomar una decisión.
Si hemos notado que somos indecisos o que alguna persona cercana a nuestro entorno lo es podemos empezar de a pocos, con pequeñas decisiones que quizás no sean tan trascendentales, aquí lo importante es ir ganando confianza.
Para cuando el siente post